Migajas
Llámame ahora que llegué a la cima
de una montaña donde no crece nada,
donde no encontraré más que el vértigo
y un suelo inhóspito en que apoyar mi cansancio.
Ahora, que no ves los disfraces
con que bailo y hablo de yo. Ya.
Llámame. Ahora el tiempo está
despoblado de cuerpos, desaparecidos
por no saber decir. Ya
busco sanar las llagas
con esas migajas que aun puedo robarles
a ellos, ingenuos, rígidos hombres.
Ahora. En este presente
indefinidoaparenteinterminable.
Llámame, no tengo qué venderte
ni qué venderme, ya., no espero
más que tus silencios.
2 Comments:
Que dulce y triste invitación, me ha encantado... he sentido el frío aire de esa cima inundar este silencio tan de madrugada. Ojalá tuviera oportunidad de leerte mas seguido, escribes muy bien.
...el tiempo está despoblado de cuerpos ...
uufff!!!
desolador
me gusta el poema. espero que visites otra vez mi blog. linkearé el tuyo.
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